VILLENA. La compañía valenciana Atitlan, de Aritza Rodero y Roberto Centeno —yerno de Juan Roig— continúa expandiendo su “imperio solar” con la proyección de una megaplanta fotovoltaica de 88,8 MW en los términos municipales de Villena y Salinas. Así se anunciaba este miércoles, 31 de marzo, en el Boletín Oficial del Estado (BOE), dado que la potencia asignada —superior a 50 MW— la convierte en una instalación de competencia estatal.

Mediante la publicación en el BOE, la empresa Argos —filial de Atitlan— pide someter a información pública las solicitudes de Autorización Administrativa Previa, Autorización Administrativa de Construcción y Declaración de Impacto Ambiental de la planta solar y sus correspondientes infraestructuras de evacuación (las subestaciones de Sax). Según consta en el documento, la instalación ocuparía una superficie de unas 192 hectáreas y requeriría una inversión de 38,3 millones de euros.

Hace poco más de una semana, este diario publicaba que las sociedades Itel y Bibey, también pertenecientes a Atitlan, promovían dos megaplantas solares de 120 y 58 MW respectivamente cerca del paraje de Sierra Escalona, en Orihuela. Allí, ambas sumarían un total de 300 hectáreas de extensión y un presupuesto estimado de 75,5 millones de euros, a lo que habría que añadir el coste de las dos subestaciones en las que volcarían la energía producida (4,2 y 4,5 millones).

En cualquier caso, en Villena y alrededores —la zona donde pretende ubicarse la denominada planta Argos—, la mayor instalación solar fotovoltaica propuesta hasta la fecha es la promovida por ACS. En concreto, la megaplanta que impulsó la empresa del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, tendría una potencia de 140 MW y está cifrada en 76,4 millones de euros.

No obstante, la de ACS no es la única megaplanta impulsada en el término municipal de Villena. Últimamente, se suceden con bastante frecuencia los anuncios de proyectos fotovoltaicos que pretenden instalarse en la zona, con el consecuente impacto paisajístico y ambiental que —al margen del económico— podrían provocar en el entorno.

Con tal de evitar especulaciones y daños en los ecosistemas, varias asociaciones ecologistas han presentado ya alegaciones a algunas de las plantas por considerar que amenazarían la biodiversidad de los parajes en los que se emplazarían. Piden pisar el freno para que la transición hacia un nuevo modelo energético —con el que comulgan— se lleve a cabo de forma coherente. Mientras tanto, la capital del Alto Vinalopó seguirá posicionándose como “el paraíso” de la fiebre solar en la provincia.

Fuente Información: Alicante Plaza

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